Paola, de La Plata: “Estamos conmovidos por la ayuda recibida"

Paola de Unchalo, víctima de las recientes inundaciones en la ciudad de La Plata, cuenta en primera persona cómo se conmovieron por la ayuda recibida de las familias de los colegios de sus hijos.

Paola en el colegio

Mi nombre es Paola, soy vicedirectora del Colegio Crisol, que pertenece a APDES –una asociación de padres promotora de varios colegios en el país, que ha confiado la formación espiritual de sus centros educativos al Opus Dei-. Hace 9 años que trabajo en la institución; no pertenezco al Opus Dei. Conocí “la Obra” trabajando en el colegio. Mi marido se llama Diego, hace 15 años que estamos casados y 18 años desde que nos pusimos de novios.

Al trabajar en este Colegio decidimos que nuestros hijos debían educarse en los valores que APDES proponía, y así Felipe (12 años) ingresó al Colegio Bosque del Plata en el año 2006 y María Elena (4 años) al Jardín Crisol en el 2012.

En la inundación del 2 de abril, en nuestra casa entró 1,50 m de agua: empezó a ingresar a las 16:45 h. y comenzó a bajar a las 6 del día 3.

La ayuda y la solidaridad de las familias de los colegios a los que asisten nuestros hijos, y en el caso del Colegio Crisol, donde trabajo, fue tan inmediata que en ningún momento evaluamos las pérdidas –que fueron muchas- sino que empezamos a palpar y a ver como se hacían realidad todas aquellas horas trabajadas en el plan de formación. Es más, aunque parezca raro, mi marido llegó a “agradecer” que nos hubiéramos inundados, ya que de otra manera no hubiéramos vivido esa experiencia tan enriquecedora para el alma . He escuchado a otros platenses hacer comentarios similares.

Donaciones en el colegio

En ese momento de angustia y ansiedad, sentí que la ayuda recibida fue realmente enviada por Dios. Minutos antes de que llegara un grupo de padres con compañeros de mi hijo (1º año de secundaria) a darnos una mano, le pedí a mi marido que comprara trapos de piso, pero recorrió toda la ciudad y no los consiguió. Sintió un alivio y una gratitud incomparables cuando lo llamé por teléfono y le dije que los chicos del Bosque venían a ayudarnos a limpiar y que habían traído “trapos de piso”… Increíble…

Nuestra visión siempre fue esperanzadora, no sentimos las pérdidas materiales porque fueron muchas más las “ganancias” que obtuvimos. Este sentimiento se lo debemos principalmente a la presencia de Dios en nuestras vidas. Además, a cada palabra de aliento, a cada gesto de solidaridad, a cada dibujito de mis alumnas, a cada una de las personas de la comunidad educativa a la que pertenecemos que nos ayudaron y contuvieron. Cada uno desde su lugar contribuyó a que hoy podamos seguir adelante sin desanimarnos frente a esta situación de pérdidas materiales. Estoy convencida de que lo hicieron movidos por un motor interno llamado amor al prójimo, lo hicieron de corazón, como tanta gente que se vio en la ciudad.

Los hijos de Paola

En esos días, algunas cosas me conmovieron especialmente. Me conmovió una pareja de 78 años que con el agua a la cintura, a oscuras en medio de la tormenta, iba caminando contracorriente para ir a ver a su hija de la cual no tenían noticias y necesitaban saber cómo estaba. Me conmovió ver cómo la gente recogía de la calle aquello que yo desechaba como inservible. Tomé más conciencia de la necesidad extrema de los más carenciados. Me conmovió mi hija de 4 años que subida a un sillón que colocamos arriba de la mesa del comedor, abrazándome me decía que no me preocupe que “María” –refiriéndose a la Madre de Jesús- nos estaba cuidando…

Le agradezco a Dios porque nos permitió vivir esta situación -que podría habernos amargado el corazón- como un momento de crecimiento personal, matrimonial, familiar y espiritual. ¿Cómo espero recordar esto en 10 años? En 10 años espero haber logrado recuperar todos los bienes materiales que perdimos. Y recordaré este momento para enfrentar otras situaciones dolorosas y sobreponernos a ellas, porque si pudimos sobreponernos a esta, podremos enfrentar cualquier otra. Y también -como tanta gente que me ayudó-, espero poder ayudar yo y mi familia cuando otros lo necesiten.