Trabajar entre gente joven

Antonio Arnal es el responsable de El Poblado, un conjunto de alojamientos juveniles ubicado cerca del Santuario de Torreciudad (Huesca), al que acuden miles de jóvenes a lo largo del año para desarrollar actividades deportivas, culturales y sociales así como cursos y seminarios diversos.

Antonio Arnal, responsable de El Poblado

Casado y con dos hijos, Antonio es natural de Secastilla, un pequeño pueblo de la provincia de Huesca en cuyo municipio se ubica Torreciudad . Por circunstancias familiares adversas tuvo que empezar a trabajar desde muy joven, a los 17 años, y fue contratado en El Poblado donde desempeñó labores variadas. En 1997 –dice– se jubiló nuestro querido Rufino Montañés, el primer gerente, y pasé a encargarme de la gestión diaria de El Poblado. S abía que la dedicación era exigente , que para atender las actividades a veces no hay horario… pero es un esfuerzo que merece la pena.

Y es que cada año más de 6.000 chicos de edades comprendidas entre los 8 y los 25 años se alojan y utilizan estas instalaciones (los más pequeños acompañados en convivencias por sus padres), gestionadas por la Asociación Cultural Sobrarbe, para desarrollar diversas actividades deportivas, culturales, formativas… Abundan los grupos españoles, pero también se pueden ver chicos franceses, portugueses, italianos, ingleses, polacos e incluso finlandeses.

Aspecto de una de las salas de estudio de El Poblado

Reconoce que hacen falta buenas dosis de paciencia para tratar con estos jóvenes, muchos de ellos adolescentes. A veces tengo que repetirme aquello que dejó escrito San Josemaría : “ en ocasiones, una sonrisa es la mejor muestra de penitencia”. Pero en general cree que los chicos responden bien: tienen que notar que esperas más de ellos –afirma–, que pueden ser mejores; eso les sorprende y les estimula. Después de 32 años de experiencia profesional entre gente joven, puedo decir que tenemos motivos para la esperanza.

Como responsable de las instalaciones, debe procurar que todo funcione correctamente: al pasear por “El Poblado” sorprende ver la pulcritud con la que se mantienen las calles, los jardines y los espacios comunes, hasta el punto de que es difícil ver papeles por el suelo. Antonio piensa que es un modo de plasmar el espíritu del Opus Dei en lo que se refiere al cuidado de las cosas pequeñas. Si dejáramos que cundiera el desorden –nos dice–, esto se convertiría rápidamente en un sitio desagradable; llevamos un seguimiento diario de las reparaciones que puedan ser necesarias.. .

Imagen parcial de El Poblado

Parece que eso ayuda a los chicos a cuidar las cosas. Además, – concluye Antonio– también hay que ayudarles a que valoren ese trabajo anónimo de las personas que les atienden profesionalmente y que cuidan de su alimentación, de la limpieza de las habitaciones, del lavado de la ropa…

Los alrededores permiten realizar excursiones muy atractivas y ejercitar la práctica deportiva, desde el esquí a la bicicleta de montaña o incluso los paseos a caballo. Una de las cosas que más les gusta es el campo de fútbol-sala de hierba artificial –comenta Antonio–, pero también valoran las aulas cuando hacen convivencias de estudio, la piscina en el tiempo de verano, el itinerario botánico de 50 especies por los jardines, el salón de actos para la celebración de actuaciones… Tenemos incluso un escenario teatral al aire libre. Y es que El Poblado dispone de una cuidada zona verde y arbolada, ideal para potenciar la sensibilización medioambiental de los jóvenes.

Una de las instalaciones deportivas de El Poblado

Y queda tiempo para pensar y hacer algo por los demás. Los chicos colaboran en actividades de tipo social, visitando asilos como la Casa Amparo o las Hermanitas de los Ancianos Desamparados de Barbastro, o participando en campos de trabajo en colaboración con los ayuntamientos de Secastilla, El Grado, Abizanda, La Puebla de Castro, Naval, Castejón del Puente y Barbastro. Allí limpian fuentes, arreglan caminos, pintan muros, acondicionan ermitas, desbrozan espacios comunes…

Entrada del salón de actos de El Poblado, donde tienen lugar conferencias, cursos, etc.

Para Antonio los momentos más emotivos de su trabajo han sido las dos tertulias que el Prelado del Opus Dei, D. Javier Echevarría , tuvo con los chicos en el salón de actos de El Poblado hace unos años. Fueron palabras optimistas y también exigentes, animándoles en las luchas de su vida cristiana.

La cercanía del Santuario de Torreciudad es un incentivo que se añade a los atractivos del entorno. Desde que pusimos en 2002 la ermita dedicada a Nuestra Señora, hay un constante ir y venir de jóvenes que acuden a visitarla aunque sólo sea unos minutos. La Virgen –afirma- hace maravillas con los muchachos, muchos de ellos vuelven a sus casas verdaderamente transformados por dentro.