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Llamados a ser santos

El Opus Dei ayuda a encontrar a Cristo en el trabajo, la vida familiar y el resto de actividades ordinarias.

Opus Dei

«La santidad laical es santidad en el trabajo y en toda la vida»

En las últimas décadas, la Iglesia ha impulsado procesos de beatificación de laicos que no son mártires y que vivieron su fe en las cosas normales de la vida. Son parte de lo que el Papa Francisco llama “los santos de la puerta de al lado”.

Revista de prensa

​Dar más sin ser héroes

Ser santos es “dar lo mejor de uno mismo” y, al mismo tiempo, darse cuenta “de que al final siempre es Dios quien lo hace todo”. Texto sobre la santidad que nos pide el Señor.

Textos espirituales

Libro electrónico «Gaudete et Exsultate»

Descargue el libro electrónico «Gaudete et Exsultate», la exhortación apostólica del Papa Francisco sobre el llamado a la santidad. En formatos ePub, Mobi y PDF.

De la Iglesia y del Papa

3 ideas que aprendimos de san Josemaría sobre el trabajo

Vida cristiana

¿Se puede ser santo en la vida diaria?

El Papa Francisco continuó con su catequesis sobre la esperanza y habló sobre la intercesión de los santos, que nos ayudan a seguir nuestra vocación, también en los momentos difíciles.

De la Iglesia y del Papa

Constitución Dogmática 'Lumen gentium'

Concilio Vaticano II. Extracto del documento conciliar (Cap. V, nn. 41 y 42) que trata sobre la llamada universal a la santidad, mensaje que difunde el Opus Dei.

Opus Dei

“Hemos de gastarnos diariamente con Él”

¡Qué contento se debe morir, cuando se han vivido heroicamente todos los minutos de la vida! –Te lo puedo asegurar porque he presenciado la alegría de quienes, con serena impaciencia, durante muchos años, se han preparado para ese encuentro. (Surco, 893)

Textos diarios

“Nuestra fortaleza es prestada”

No me seas flojo, blando. -Ya es hora de que rechaces esa extraña compasión que sientes de ti mismo. (Camino, 193)

Textos diarios

“Que os dejéis ayudar, guiar, por un director de almas”

Ama y busca la ayuda de quien lleva tu alma. En la dirección espiritual, pon al descubierto tu corazón, del todo —¡podrido, si estuviese podrido!—, con sinceridad, con ganas de curarte; si no, esa podredumbre no desaparecerá nunca. Si acudes a una persona que sólo puede limpiar superficialmente la herida..., eres un cobarde, porque en el fondo vas a ocultar la verdad, en daño de ti mismo. (Forja, 128)

Textos diarios